sábado, 6 de agosto de 2011

Carta Abierta de un vecino de El Hoyo

Hace poco tiempo, en el pueblo que elegí para vivir, empezaron a aparecer afiches con la cara de Eduardo Duhalde. Recuerdo muy bien cómo, en mi conurbano natal, en las épocas de mis primeras militancias, ese tipo nos mandaba patotas cuando hacíamos un acto por los derechos humanos; o el comentario de algún docente de cómo eran apretados en la escuela cuando reclamaban mejor salario; o cómo atacaban la organización de los desocupados que reclamaban dignidad, a tal punto que mi gran clic en la vida fue la muerte de Darío y Maximiliano en el Puente Pueyrredón, a manos de la policía que controlaba este sujeto que ahora se postula para la presidencia.
Y cómo no descreeer de la política si los que te defienden te matan, si los que te representan te traicionan.
Hay que aprender que aquello de que el pueblo no gobierna sino a través de sus representantes es un verso: el pueblo gobierna y los representantes son delegados
del pueblo. La representatividad es muy compleja y hay que pulirla. La experiencia dice que cuando la gente se desconecta de la política (la década del 90, por ejemplo) todo se va a la mierda. Y cuando la gente grita desesperada pero sin organización le terminan haciendo el juego a la derecha (los “Indignados” de España, por ejemplo).
Cristina hace tiempo dijo: “Venimos a ayudar a organizar a la población, porque esa es la tarea de un político...” Por ello, propongo y seguiré proponiendo un futuro en
el que haya más Cristina, porque creo en la organización del pueblo. Y, sobre todo, un futuro en el que este personaje, que ahora desembarca en nuestro pueblo, sea rechazado por los propios ciudadanos.

Julio Ruiz, vecino de El Hoyo y militante de Nuevo Encuentro

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