martes, 1 de mayo de 2012

Primero de Mayo




En este primero de mayo el Nuevo Encuentro de El Hoyo llama a una pequeña reflexión sobre el trabajo y los trabajadores.
En estas ultimas décadas tuvimos que presenciar en la historia Argentina cómo se castigó, persiguió y dispersó a la clase trabajadora a golpe de gobiernos militares y procesos “democráticos” que no hicieron otra cosa más que asentar la legalidad necesaria para fomentar la  especulación y la renta, ajustando variables a costa de los trabajadores, con la complicidad de los sindicatos y de la clase política.
En esta trágica escena apareció evidenciado el resultado de esa época: los trabajadores desocupados.
Trabajadores que en un justo y desesperado gesto, salían a las calles a reclamar, no ya por aquellas viejas consignas de mejora en las condiciones laborales, sino por el trabajo mismo, y en lo inmediato, una mísera asistencia que paliara el hambre y desesperación .
Al calor de esos reclamos se creo el caldo de cultivo para las grandes luchas a lo largo y ancho del país.  Cutral-Có,  Tucumán,  Santiago del Estero, Salta, etc. etc. hasta la gran revuelta popular del 19 y 20 de diciembre de 2001  que mostró el fondo del pozo de la política neoliberal con un saldo de más de 40 muertos y miles de heridos. No conformes con ello, solo faltaba un último golpe ejemplificador. Un año mas tarde y tras mantener las mismas políticas, el gobierno de Duhalde mata a 2 jóvenes desocupados y deja herido de balas de plomo a 30 personas más que cortaban el puente Pueyrredon para reclamar nada mas ni nada menos que lo que le correspondía por derecho: el trabajo.
En estos últimos años la situación ha mejorado sustancialmente, tanto en la incorporación de trabajadores como en la asistencia a aquellos más desprotegidos. En estas condiciones se puede volver a discutir dignamente por las condiciones y calidad del  trabajo Y ello implica un nuevo desafío.
En pueblos como el nuestro, donde las posibilidades de conseguir un trabajo digno se achica por falta de oportunidades, tenemos la obligación de pelear para construir con aquello que tenemos, las condiciones que generen trabajo para nosotros y para las nuevas generaciones. Trabajo genuino y duradero. Trabajo sano y creativo, que permita no tener que irse del pueblo para mejorar las condiciones de vida, y permita incluir a todos los sectores sociales. Un trabajo que no dependa de un gobierno de turno, ni sea un regalo de campaña que se desvanece con los cambios de gestión.
Desde el Nuevo Encuentro decimos que en un pueblo con justicia social, los trabajadores tenemos derecho a organizarnos y reclamar por  trabajo para todos, con salarios dignos, estable  y en condiciones saludables y con jornadas  que permitan  seguir estudiando, recrearnos y cuidar de nuestros hijos.